Coeducación: Mujer misteriosa
Como dije en unas de las entradas anteriores, me gusta mirar el mundo con las gafas violetas. “Ponerse las gafas violetas” es sinónimo de tener una visión crítica y desde una perspectiva de género para ser consciente de las desigualdades entre hombres y mujeres (Gema Lienas). Sin duda, lo que más deseo es que las aulas se vistan de violeta cada día y, para conseguirlo, coeducar se convierte en uno de mis verbos favoritos.Comenzando por el principio, ¿qué es la CoEducación?
La respuesta va más allá de enseñar a niñas con niños, por mucho que sea la definición que recoge la RAE. Solo por compartir un aula, realizar las mismas actividades, disponer del mismo horario o utilizar los mismos recursos, no se coeduca.
En su amplio sentido, es la herramienta que tenemos para educar(nos) potenciando las capacidades personales alejándonos de los roles y estereotipos de género - cada vez más sutiles -, para fomentar relaciones sociales basadas en los buenos tratos, el respeto y la tolerancia, y para instalar la diversidad como valor. Coeducar nos permite educar a nuestras niñas y nuestros niños para que sean libres de ser y estar en este mundo.
Sin embargo, ¿tenemos una escuela coeducadora? Si revisamos nuestra legislación educativa actual, no hay impedimento alguno para que nuestra escuela no sea coeducadora. Pero en la práctica real, aunque es innegable el avance en materia de igualdad de género en las últimas décadas, no tenemos una escuela coeducadora: escasa formación del profesorado, desaprender creencias y sesgos culturales, lenguaje no inclusivo, perpetuación de estereotipos de género, uso no igualitario de los espacios, ausencia de referentes femeninos...
Para convivir en una escuela coeducadora es necesario llevar a cabo acciones concretas de actuación, una agenda de cambio.
En ese camino de cambio, el curso pasado llevamos a cabo una propuesta coeducativa llamada <<Mujer misteriosa>> para visibilizar a mujeres de éxito y poder en los diferentes planos de la esfera pública.
En esta actividad, mes a mes, íbamos conociendo a distintas mujeres importantes a través de pistas con datos curiosos sobre sus vidas, formación y carrera profesional. Para ello, en nuestro tablón de igualdad, aportaba pistas semanales que nos permitieran descubrir a la mujer misteriosa que se escondía tras ellas y en el buzón el alumnado depositaba cada semana sus respuestas. La persona que primero descubriera el misterio era la ganadora. Además, también se podía participar desde las redes sociales (Instagram/Twitter @latizadeana).
Es una propuesta sencilla de llevar a cabo, nada costosa económicamente y de gran enganche, al menos, en nuestro centro, gracias a la implicación y participación del alumnado. También se sumaron a la iniciativa otros centros educativos, algo que me sorprendió y me alegró.
Os dejo un ejemplo. ¡Repetiremos!