11Feb. Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Podemos pensar que la igualdad ya está más que asentada: nuestras niñas y niños acuden juntos a las escuelas públicas, no tienen barreras para matricularse en ningún tipo de actividad, el acceso a la universidad es universal, no hay limitaciones visibles para acceder a puestos de trabajo... Pero si rascamos o profundizamos, citando a Naciones Unidas, "en la actualidad, menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO (entre 2014 y 2016), solo alrededor del 30% de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). En el todo el mundo, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un 3%; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un 5%, y en ingeniería, manufactura y construcción, con un 8%".
Esto no es nada casual ni inocente. El lenguaje, los prejuicios y estereotipos de género, el modelo de éxito social, el techo de cristal, la ausencia de mujeres referentes de éxito y de poder (ausencia por no ser nombradas)..., en definitiva, las barreras asociadas al género nos siguen empujando, de forma sutil o no, a la sombra en el plano científico. Estas limitaciones no solo define a la niña de “ahora”, también es una proyección hacia el futuro.
¿Nos hemos llegado a plantear la cantidad de talentos que estamos perdiendo? Chicas, os toca brillar sin que ni el pulso os tiemble. Adelante. Y como sociedad tenemos que avanzar hacia un plano más justo y solidario, porque desde hace mucho tiempo las mujeres escribieron capítulos de nuestra historia pero no vieron la luz, y es algo que no nos podemos permitir más.
#LasCHICAStambienSomosdeCiencias